Para concluir con la revisión de la obra de Paul Willis "Aprendiendo a trabajar", me gustaría comentar las
implicaciones de los análisis de Willis acerca del sistema escolar.
Según el autor, las reformas pedagógicas del enfoque
progresivo no sirvieron para modificar la esencia del paradigma de
la institución escolar. La escuela, que en principio es un sistema
que sirve para educar a toda la ciudadanía y para garantizar la
igualdad, acaba convirtiéndose en un instrumento para la selección
basada en la competitividad y la meritocracia. Se trata de una
institución en la que unos ganan y otros pierden.
El autor hace bastante hincapié en la gestión de la
autoridad en el centro. El poder coercitivo de los profesores es
bastante reducido y por ello su autoridad debe tener una base moral.
El mantenimiento de la disciplina es algo esencial pues el descontrol
podría llevar a la caída del eje de intercambio justo que sustenta
la escuela. De esta forma, las posibilidades morales dentro de una
escuela están restringidas. El equipo directivo, los profesores, y
de manera más indirecta todo el sistema administrativo del Estado y
la sociedad, son los encargados de ejercer el control.
“Los colegas”, que al principio formarían parte
del grupo general de “pringaos”, poco a poco toman unas formas
culturales que reaccionan contra este aparato institucional y su
autoridad.
¿Podríamos
decir que la situación ha cambiado? Aunque el caso del sistema
educativo británico no es similar al español, seguimos viendo una
serie de problemas comunes. Actualmente muchos autores (*)
y un importante sector de la sociedad piensan que la escuela está en
crisis. La dificultad para mantener la autoridad, la alta tasa de
estudiantes que no consiguen su título de enseñanza básica o la
falta de preparación para atender a un alumnado progresivamente más
diverso, son alguno de los factores que se consideran. A esta percepción habría
que sumarle la influencia de los medios de comunicación, que aumentan el impacto de
conflictos aislados y que manejan datos de evaluaciones del sistema
educativo con poca sutileza, con poco conocimiento o con una
perspectiva sesgada (por ejemplo, los usos que se hacen de los resultados
del informe PISA de la OCDE).
Debido a estos factores, creo que la lectura de
“Aprendiendo a trabajar” tiene una gran utilidad para reflexionar
sobre la escuela por varias razones:
- Realiza un análisis bastante exhaustivo de la cultura de un grupo “desadaptado” a la escuela.
- Nos muestra una posibilidad metodológica y un ejemplo de cómo acercarnos a un determinado grupo en la escuela (la etnografía).
- Resalta algunos aspectos de la escuela que son cuestionables: la competitividad, el autoritarismo, la segregación...
- Presenta varias propuestas a corto plazo para la
escuela y los modelos de orientación profesional que pueden ayudar a
modificar la situación.
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