martes, 14 de agosto de 2012

"Aprendiendo a trabajar" II: la etnografía.

El estudio de Willis de "Aprendiendo a trabajar" nos sirve para conocer y reflexionar sobre el método etnográfico. Willis nos muestra cómo puede utilizarse la etnografía para comprender la cultura de un determinado grupo (en este caso, “los colegas”).
La etnografía es una herramienta muy potente para acceder a distintos soportes de la cultura. Es una forma de trabajo sacrificada (en la medida que exige mucho tiempo y esfuerzo) y que requiere de gran habilidad para acercarse a un determinado grupo y llegar a formar parte de él. Willis logra llegar a un alto grado de confidencialidad con “los colegas” a pesar de ser adulto y de ser un “representante de una cultura institucional”. Creo que su grado de implicación y su adaptación para ser considerado parte del grupo puede reflejarse bien en la conversación que se presenta en el epílogo (pag. 226):
- Bill: Tú eras como un profesor más {al principio}, eras alguien que estaba entre medias, después te consideré como uno de nosotros.
- Joey: Eras alguien a quien podíamos decir la verdad. Eras de la edad de los profes y sin embargo ninguno de nosotros...estaban muy lejos de nosotros (…)”
La obra de Willis es un ejemplo de que la etnografía puede utilizarse en contextos y entornos muy variados. Aunque en sus orígenes estuviese asociado al conocimiento de culturas indígenas, su uso se ha ido extendiendo y actualmente se emplea en muchos contextos. También se ha extendido el uso de la etnografía en diversas disciplinas, no sólo en Antropología (Sociología, Psicología...). La etnografía dentro del contexto específico de la escuela se ha utilizado y se utiliza con gran profusión. En este sentido “Aprendiendo a trabajar” es una obra de referencia pues es muy completa y es una de las etnografías pioneras dentro del ámbito de la escuela (1).
Podemos observar la utilización de distintas técnicas para la recogida de información. Willis utiliza sobre todo la información derivada de entrevistas y de la observación participante en distintas situaciones.
Aunque considera que el método etnográfico tiene potencialidades para llegar a ciertos lugares de la actividad y la experiencia humana, Willis critica en su epílogo las tendencias de este método hacia el empirismo, el naturalismo y la objetivación del sujeto. Los datos etnográficos le sirven para acceder a una cierta parcela de la realidad para dotar de evidencia empírica a sus construcciones teóricas. Sin embargo, no cree que toda la realidad sea cognoscible a partir de este método. Además, hay que tener en cuenta que su postura política, que está clara y explícitamente presentada en la obra, influye en que considere que la etnografía tiende al naturalismo y por tanto al conservadurismo (teniendo éste un matiz negativo).
En el diálogo del epílogo se ponen de manifiesto algunas reflexiones sobre la etnografía (lo que tal vez es extrapolable a la investigación en general). “Los colegas” no se ven reconocidos en la presentación que de ellos hace Willis (“lo que se refiere a nosotros es demasiado simple”, “hablas por ti mismo”). La creación de un producto objetivado de investigación (la cultura de los colegas en nuestro caso) no es una imagen exacta de la realidad. El investigador crea un producto que es una representación imprecisa de la misma y que pasa por los filtros del propio investigador. La etnografía nos permite acercarnos a los significados de una cultura o grupo y formar parte de él durante un tiempo pero no nos otorga la posibilidad de recrearlos de manera fiel y absoluta ni de acceder a todos sus recovecos.

(1) Para conocer la evolución de la investigación cualitativa en educación (y dentro de ella la etnografía), se pueden consultar por ejemplo los siguientes textos: 
Sandín, M.P. (2003). Investigación cualitativa en educación. Fundamentos y tradiciones. Madrid: McGraw-Hill
Woods, P. (1986/1998) La escuela por dentro: La etnografía en la investigación educativa. Madrid: Ediciones Paidós.

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