domingo, 7 de abril de 2013

Crematorio, de Rafael Chirbes

No suelo hacer reseñas literarias pero con este libro voy a hacer una excepción. La primera razón para hacerlo es porque el libro me ha gustado, si no, no merecería la pena el tiempo empleado. Además, tengo tendencia a leer novelas de autores que han fallecido (algunos hace ya mucho tiempo) y esta hace gala de cierta actualidad (2007).

La novela Crematorio, de Rafael Chirbes, no presenta una trama con su introducción su nudo y su desenlace, sino que la historia se va construyendo a través de los pensamientos de los personajes que giran en torno a Matías (recién fallecido) y Rubén Bertomeu (arquitecto, empresario y promotor inmobiliario).

En mi opinión la novela presenta interés por el excepcional desarrollo de la forma de pensar (en términos políticos y existenciales) de los distintos personajes. Sus formas de vivir y de pensar reflejan en cierto modo los caminos que ha seguido el desarrollo y la modernización española en los años 80 y 90. La historia de Crematorio es la historia de Misent, un pequeño pueblo en la costa mediterránea en el que cada metro cuadrado de tierra acaba siendo utilizado para la construcción. La especulación inmobiliaria, la contraposición entre ecologismos y desarrollismos, las mafias, las ilegalidades... se nos dibujan en la novela a través de las palabras de sus habitantes.

El pulso por intentar mantener unos ideales incluso dentro de la incoherencia o dejar eso de lado en busca de vías más fáciles y menos inciertas de vivir la vida. Rubén Bertomeu, el arquetipo del crecimiento económico español, refleja muy bien en su modo de pensar un camino en el que es fácil saber si la vida de uno tiene sentido o no y si ha ido mejorando a pesar de todo lo que se haya hecho: "Basta echar una mirada a la vida de cada cual para saber cuánto ha cambiado todo esto en unos pocos años: hacer la lista de mis propios coches: dos caballos, simca, peugeot quinientos siete, mercedes 1 de cuarta mano, mercedes2, mercedes2, volvo, bmw1, bmw2. Basta con enumerar los coches que cualquiera ha utilizado en los últimos veinticinco o treinta años, ordenarlos cronológicamente, para saber cómo ha sido de largo el salto, treinta años cambiando todo el mundo cada vez a un coche mejor".

En definitiva, creo que Crematorio es muy recomendable porque te hace pensar sobre el momento en que vivimos y cómo hemos llegado hasta aquí, y porque te acerca a la lógica de proyectos vitales muy distintos.

2 comentarios:

  1. El hecho de que esté construida en base a los pensamientos de los personajes nos echa un poco para atrás. Quizás sí le demos una oportunidad a la serie de televisión, que dicen que es muy buena.

    ResponderEliminar
  2. Sí, he oído que la serie está bastante bien, aunque no la he visto

    ResponderEliminar